Casa en el campo, de 250 m² y una sola planta, asentada en un terreno aterrazado. Su diseño arquitectónico moderno destaca por una ingeniosa combinación de formas geométricas, fusionando cuadrados, rectángulos y triángulos en una armonía visual consistente. Los detalles de manera, delicadamente incorporados, se integran espléndidamente con la paleta de tonos blancos y grises de la fachada, brindando un toque de elegancia sin excesos.

Uno de los puntos centrales de esta residencia son sus techos inclinados, que se adornan con tejas grises, otorgándole un carácter distintivo y, al mismo tiempo, protegiéndola de las inclemencias climáticas. En su interior, la casa se despliega en una distribución cuidadosamente planificada que incluye una amplia sala, un acogedor comedor, una cocina versátil, cuatro dormitorios diseñados para el confort y un gimnasio que fomenta el bienestar físico. Todo concebido para responder al estilo de vida y necesidades actuales.

Ubicada en una apacible zona rural, esta casa se encuentra rodeada de un generoso espacio verde y se encuentra arropada por la presencia de diversos árboles que enriquecen su entorno. Esta integración con la naturaleza no solo aporta serenidad, sino que también abraza un enfoque sostenible, combinando sofisticación arquitectónica con un profundo respeto por el medio ambiente.

Esta vivienda es mucho más que una morada; es la ejecución de un diseño inteligente y sensible, donde la estética contemporánea se fusiona con la naturaleza circundante. Un espacio que acoge la vida, el confort y la armonía en cada rincón, redefiniendo la idea de una casa en el campo para una vida moderna y consciente.

250 m².

2023.