Este edificio de tres niveles responde a una propuesta arquitectónica contemporánea que prioriza la claridad formal, el aprovechamiento de la luz natural y una integración cuidadosa con el entorno. La fachada presenta una composición equilibrada, con volúmenes que sobresalen para generar dinamismo y profundidad. El uso de grandes ventanales y barandales de vidrio templado refuerza la conexión visual entre el interior y el exterior, al mismo tiempo que permite una iluminación natural constante a lo largo del día.

Un elemento distintivo en la fachada es la franja central revestida con piedra natural tipo laja, que recorre verticalmente la estructura. Este recurso aporta textura, marca un eje visual claro y contrasta con los acabados lisos en tonos neutros, principalmente blanco y gris. Estos colores fueron seleccionados para mantener una imagen sobria y actual, en consonancia con el carácter del proyecto.

En la planta baja, los portones metálicos amplios con franjas horizontales ventiladas permiten un uso flexible del espacio, ideal para estacionamientos u otras funciones de apoyo. Sobre ellos, se incorporaron luminarias empotradas en los voladizos, pensadas para resaltar las líneas del edificio durante la noche sin sobrecargar la fachada.

El diseño también incluye una pérgola en el último nivel, que proporciona sombra parcial y agrega interés visual a la volumetría general. La vegetación perimetral, compuesta por árboles altos y cipreses, cumple una doble función: aportar privacidad y reforzar la integración del edificio con su entorno natural. En conjunto, el proyecto ofrece una solución funcional, con una estética cuidada y detalles pensados para aportar valor al uso diario de quienes lo habitarán.