Este boceto arquitectónico de una casa campestre evoca una amalgama única entre la robustez del ladrillo y la cálida presencia de la madera. Su diseño se distingue por un techo inclinado cubierto de tejas, una elección estética que, además, asegura la adecuada protección contra las inclemencias climáticas.

La fachada principal presenta en el centro la entrada a la residencia por medio de una puerta doble de madera. A lado y lado de la misma se disponen ventanas similares con marcos del mismo material.

Las ventanas, estratégicamente posicionadas, cumplen una doble función: permitir la entrada abundante de luz natural y posibilitar una ventilación óptima en este entorno rural. La cuidadosa distribución de estos elementos busca una conexión armoniosa entre el exterior y el interior.

La elección del ladrillo, un material robusto y duradero, se alinea perfectamente con las demandas de la vida rural, mientras que las tejas impermeables ofrecen una barrera eficaz contra la lluvia, garantizando la integridad de la estructura.

La simplicidad y simetría del diseño, típicas de la estética moderna, confieren a esta propuesta una elegancia depurada. El enfoque minimalista, sin ornamentos innecesarios, revela una apreciación por la funcionalidad y la estética pura, estableciendo así las bases de una casa que fusiona lo práctico con lo estéticamente refinado en el contexto campestre.

150 m².

2024.